teatro
Cantata para una rumia mental. La obra que sin querer se volvió necesaria | Por JMR


Entrevista a Jorge Thefs, director y
performer de la obra

Por Javiera Miranda Riquelme
@javieramirandariq

El dramaturgo, bailarín, actor performer y director teatral Jorge Thefs reestrena Cantata para una rumia mental  en el marco de la agenda de febrero de Paraíso Club. Con una escritura que Thefs define como «narraturgia», mezcla elementos de la narrativa y la dramaturgia a partir de textos autobiográficos de Ariel Osiris, quién es también el principal performer de la pieza. Aunque Thefs defiende la “innecesidad” del arte –la libertad de crear sin mandatos, la creación por la creación, el deseo– logra enlazar el carácter poético y crudo de los textos de Osiris con la historia nacional argentina. En Cantata lo íntimo dialoga con lo real y, sin mandado o casi sin querer, la subjetividad de los textos de Ariel, la rumia sobre su vida, exploran desde la performance episodios históricos como la dictadura cívico-militar, la Guerra de Malvinas, pero también el ambiente under de las comunidades de diversidad sexual de los año ‘80.

Luego de las declaraciones que el presidente derechista Javier Milei realizó en el Foro Económico Mundial en Davos en contra de los derechos de las comunidades de diversidad sexual, Paraíso Club ha definido la obra como una pieza urgente, necesaria. El homenaje que Thefs le dedica a Osiris y la urgencia desde el cariño personal y la amistad se transforma para Paraíso en el devenir de su contexto de producción en una expresión de urgencia y resistencia política. Jorge Thefs habló con Replicantes sobre cómo surgió la obra, la relación con su amigo Ariel y la interpretación que Paraíso hace de su obra.

–¿Cómo surge Cantata para una rumia mental?

Cantata para una rumia mental surge en principio de unos mensajes por Whatsapp que me mandaba Ariel Osiris, un amigo de 61 años. Él me mandaba textos que escribía sobre experiencias personales. Algunas ficcionadas, otras menos. Él me las compartía  a modo de botella en el mar, como si sus textos fueran el mensaje en la botella, y mi WhatsApp fuera el mar. Y en un momento, hace tres años, Ariel me dice “yo con esto quiero hacer una obra porque siento que no voy a vivir más de 10 años”. Y para mí se hizo urgente.

Él había visto un proyecto mío que se llamaba Carne de Consumo Personal, que fue mi primera obra autoficcional, y me dijo que le gustaría hacer algo así. Así que empezamos a trabajar con estos textos que él escribía, a veces editados por mí, y también trabajando con ciertos ejercicios de escritura que yo le pedí.

Nosotros nos conocimos trabajando en una obra que era Una visita inoportuna de Copi, que es una obra sobre la que yo no tenía los derechos y la hicimos en un departamento durante tres años. Fue una experiencia increíble y  fundante entre nosotros.

Cantata para una rumia mental es un homenaje a Ariel, un homenaje a un amigo, pero también en ese homenaje nos dimos cuenta que estábamos hablando de la historia de la nación. Y eso es maravilloso. Desde sus cicatrices, desde su particularidad e individualidad, nos dimos cuenta de que era inherentemente una historia comunitaria, política. Es decir, de un homenaje a Ariel pasó a ser un fragmento de la historia de nuestra nación, contada a través de su cuerpo.

Durante mucho tiempo él me decía que esto que tenía que contar no le importa a nadie. Y yo decía que me parecía que a mucha gente le iba a importar, eso empezó a suceder en la obra.

–¿Cuál es para ti es la característica de la prosa de Ariel?

–Los textos que vienen de Ari tienen que ver con una forma personal de hacer prosa que yo le llamo, aunque es un término robado, narraturgia. Es una suerte de narrativa que también tiene algo de esta acepción propia del drama, de la dramaturgia. En ese lugar yo me encuentro, digamos, en esa posibilidad de que algo narrativo se vuelva dramatúrgico y al revés. O que algo que en un principio no tiene un diálogo se termine dialogando. Aparece algo de eso. Y tiene que ver también con la intervención de lo real. A veces hay ciertos textos que son completamente poéticos, pero que están intervenidos por el diálogo de lo real. Hay algo de lo poético que aparece muy fuerte, algo de lo crudo que está muy presente, y también algo de lo circular porque hay momentos en que lo crudo se vuelve poético. Hoy por ejemplo ensayamos y es muy probable que algo del texto cambie. Ariel se ríe mucho cuando yo digo la palabra poroso, pero la uso mucho. Creo que la dramaturgia es porosa en ese sentido, que se va modificando, y eso a mí me tranquiliza porque la pieza siempre se resignifica con la realidad, con algo que está pasando ahora.

–¿Con qué cosa de la realidad se resignifica?

–Paraíso Club estos últimos días hizo unos posteos en relación a que después de lo que dijo Milei en Davos, Cantata para una rumia mental se vuelve urgente. Aunque  mí a veces me cuesta pensarlo así. Tengo una mirada un poco negativa sobre el trabajo que hacemos porque siento que a veces lo que hacemos no es necesario. Y que no sea necesario a mí me lo vuelve fundamental. 

–¿No necesario en el sentido de estar abstraído de la realidad?

–Sí. Hay algo de esa no necesidad de mi creación que se me vuelve fundamental para poder hacerlo y seguir defendiéndolo. Sin embargo, Paraíso hace una lectura muy clara. Hay un grupo, una parte de la sociedad que está accionando de forma violenta hacia una comunidad muy específica (LGTBI+), entonces la obra se vuelve urgente para seguir haciéndonos preguntas.

–¿Y cuáles son los aspectos autobiográficos de Ariel que dialogan con ese aspecto de la realidad?

–Su experiencia de vida posterior a los años ‘60, en relación a la idea de la peste rosa, los baños, su propio cuerpo intervenido por la enfermedad, por las cicatrices, por la cercanía con la muerte, por la dictadura militar y por la colimba. Todos esos ejes que tienen que ver con su vida, que también tienen que ver con la historia de la nación. Pero también los amores, los desamores, los desencuentros.

La obra se presentará los días 23, 24, 25 y 26 de febrero a las 20 horas en El Galpón de Guevara. Además, contará con un desmontaje el 26 a las 22 horas en el mismo teatro. Puedes ver la entrevista completa a Jorge Thefs en nuestro canal de YouTube:



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