16/07/2025
Felicitas Luna y Mónica Paixao convocan a una nueva generación de artistas escénicos con otras formas de hacer y decir
Por Javiera Miranda Riquelme
@javieramirandariq
Comenzó la segunda edición del Ciclo Reuniones de ArtHaus (Mitre 434, CABA), un espacio que convoca a artistas jóvenes con una sólida trayectoria en las artes escénicas. En esta nueva entrega, el ciclo se extenderá por un período más largo que el de su edición anterior (tres semanas que van desde el 15 de junio al 2 de agosto) y duplicará la cantidad de propuestas dramatúrgicas. Se presentarán tanto obras surgidas de residencias realizadas en ArtHaus como piezas recientemente estrenadas en el circuito independiente de Buenos Aires.
Algunos de los artistas participantes ya formaron parte de la primera edición: la Compañía Labrusca con Así, así, acá, acá; Caro Saade con Cantata para pájaros; Maximiliano Suen y Felipe Saade, del Grupo Besa, con Queridx desconocidx, quienes ahora regresan como intérpretes en proyectos independientes. También se suma Verónica Gerez, que si bien no estuvo en la edición anterior, tuvo un conmovedor paso por ArtHaus como actriz en Ha muerto un puto, bajo la dirección de Gustavo Tarrío.
Todos los artistas seleccionados comparten una calidad técnica y creativa audaz, sostenida en un compromiso estético de excelencia. También los nuevos invitados.
Felicitas Luna y Mónica Paixao, gestoras del Área de Artes Escénicas de ArtHaus y programadoras del Ciclo Reuniones, comentaron en conjunto para Replicantes Revista sobre las características poéticas y técnicas de la edición 2025.

–¿Qué conceptos hay detrás del Ciclo Reuniones? ¿Cómo es el proceso de la curaduría? ¿Por qué estos artistas?
–El propósito principal es poder abrir el espacio de ArtHaus para fomentar la producción y difusión de artistas que, si bien son jóvenes en edad, tienen un vasto recorrido en la escena con nuevas/otras formas de hacer y decir. Nuestro deseo es que el ciclo se consolide a lo largo del tiempo como un espacio para la reflexión respecto del quehacer teatral.
Si bien no hubo delimitación etaria a la hora de convocar a lxs artistas que participan, puede verse en quienes están en esta edición que rondan entre 25 y 35 años. Tenemos como premisa que sea una nueva generación de creadorxs.
De estos artistas nos interesa su mirada particular sobre ciertas temáticas (que en muchos casos comparten entre sí), la revisión de formas de hacer y de determinados textos que hacen a la construcción de cada poética.
El proceso de curaduría no se guió por preceptos determinados, sino la conexión y la atracción con esos materiales. Algunas obras las convocamos a partir de haberlas visto en escena, y quisimos que formarán parte de esta edición del ciclo. Otras son propuestas que nos acercaron algunos grupos, las evaluamos y nos pareció interesante que participaran.
Uno de los ejes a la hora de pergeñar la curaduría del ciclo es la diversidad. Son seis propuestas completamente diferentes en cuanto a lo procedimental, y cada una da cuenta de sus poéticas particulares. Pero a la misma vez tienen un «algo» que las atraviesa y las acerca entre sí, que podríamos aventurarnos a describir como una nueva mirada con cierta ternura.
No podría decir el porqué de estos artistas, pero sí que sus piezas dan cuentan de cosas que quieren decirnos, que nos cuentan a través de sus obras. ¡Y qué es el arte sino más que formas de decir!

–¿Qué puntos en común y diferencias hay entre la edición anterior?
–Hay algunos artistas que vuelven a estar, como la Compañía Labrusca o Caro Saade. Quienes al finalizar el ciclo anterior nos acercaron propuestas para realizar a lo largo del año una residencia creativa para la producción de una nueva obra, y hacer aperturas en esta edición.
Algo que nos llamó la atención y nos interesó en particular de sus propuestas, fue el deseo de investigar y adentrarse en la actuación como precepto, de ahondar en la teatralidad.
Los puntos en común entre ambas ediciones es la diversidad en las propuestas que forman parte de la programación. Y algunas diferencias es que pudimos ampliar la cantidad de propuestas, a lo largo de 3 semanas de duración.
En esta oportunidad hay dos aperturas de obra, que son fruto de residencias creativas con producción de ArtHaus.
De las seis propuestas hay algunas coincidencias respecto a ciertos temas (así como la revisión sobre ciertos clásicos del teatro). Creemos que hay implícitamente una mirada generacional que los reúne, como presentar ciertos temas desde lo formal y lo textual, y es a partir de ese punto de vista que dialogan entre ellas.

–¿Pueden comentarnos brevemente cada una de las propuestas?
Chayka, de la Compañía Labrusca, es una revisión de «La Gaviota» de Chejov. Da cuenta de cómo una compañía se adentra en ese texto a partir de las indicaciones que el mismo autor dejó sobre cómo preparar esa obra.
Canciones del tiempo, con selecciones de repertorio y dirección de Caro Saade y Vero Gerez, se trata de un recital de canciones del disco que realizaron Leda Valladares y María Elena Walsh. Ellas dos, acompañadas con el guitarrista Santiago Adano.
Cine Herida, de Sofia Palomino, da cuenta del entre un jóven, que atravesado por el film que ve se cuestiona sobre su presente y pasado, y un niño «alado».
Partida, de Renata Moreno con dirección de Gonzalo San Millán, es un biodrama que surge a partir de un error en su partida de nacimiento, y lo que deviene en una obsesión por los números. Es una puesta que originalmente se presenta solo en living de casas que les van prestando para realizar funciones.
Cuadernos de trabajo I: Insomnes y Humillados, con dirección de Luciano Suardi, y Mercedes Beno Mendizabal, Joaquín Benzaquen, Damian Mai, Carolina Saade, Felipe
Saade y Ana Schimelman en el elenco. Es una apertura de proceso de trabajo cuya premisa fue habitar la prueba, teniendo como dispositivo escénico una cama, seis actores copian, roban, sustraen actuaciones de películas y encarnan personajes de fotografías.
Maldito Desierto, de Bernardita Epelbaum, con Gisela Baiardo, Bernardita Epelbaum, Delfina Oyuela, Eva Palottini. Son cuatro amigas que se juntan a compartir las diferentes formas de llorar y todo lo que evoca el llanto, en un viaje con reminiscencias del desierto en Texas.
Puedes acceder a la programación completa del ciclo reunión en este link. Las entradas se adquieren por Alternativa Teatral.