
10/09/2025
Un concierto de cuerpos y voces que desarma a Ibsen y tensiona la idea de comunidad
POR CLAUDIA GROESMAN
@claudiagroesman
Las sillas se agrupan en diferentes lugares, lo que augura la intención de implicar al público por medio de la desorientación espacial: los recorridos de los cuerpos se organizan entre los espectadores en un espacio fluido, sin las delimitaciones que prevé el teatro tradicional.
Las voces y acciones superponen tonos, volúmenes, velocidades y frecuencias que se desarrollan en un arco que oscila entre la fricción y la mutua anulación.
La relación entre lo visible y lo audible es un problema que se ofrece como desafío en este concierto y en el que se dirimen los espectadores. Es claro que la dramaturgia no obedece al texto Casa de muñecas de Henrik Ibsen. Esa expectativa se disuelve inmediatamente al escuchar fragmentos apenas reconocibles que hacen prevalecer el sonido sobre el sentido mediante una escisión deliberada entre texto y acción.
Algunos fragmentos parecen sernos dedicados para rápidamente evaporarse.
La sensación es más bien generada por la yuxtaposición entre intérpretes que leen para sí y repiten, gestualidades grandilocuentes que acompañan la declamación de pequeños parlamentos y una masa sonora disonante que envuelve la escena. Estos elementos se organizan aleatoriamente por la ruptura dramatúrgica del texto como decisión clave. Las texturas tímbricas y las actitudes corporales catárticas parecen provenir de una implosión. Los cuerpos están en permanente movimiento como unidades atómicas que se desplazan en un circuito que las conecta. Se entrecruzan y contagian entre sí para volver a separarse. Los encuentros se organizan de manera fortuita, convergen en micro-escenas instantáneas y efímeras. La idea de la no detención produce un estado de hipnosis activa, de baja de control, que presupone una atención fragmentaria y distraída por sobreestimulación.

La obra exhibe un modo de existencia caracterizado por el contacto veloz y furtivo. Nos encontramos inmersos en un ecosistema donde los cuerpos se contrapesan, se acoplan, mediante una dinámica que omite el descanso visual y el discernimiento de la escucha.
La masa sonora- moviente se concentra, se estira, expande o disgrega por contagio hasta agolparse como una multitud informe. Cada cual está haciendo una tarea: girar en la periferia del espacio, gritar, a modo de llamado, el nombre de un personaje del texto de Ibsen (“Nora”, “Torvald”) decir en unísono una frase del texto, etc, donde el efecto de comunión puede surgir o fracasar.
Los cuerpos parecen desarraigados ya que la trama que los aúna es incierta y momentánea. Más que una práctica de la libertad que proviene de la idea de que no hay nada predeterminado que direccione la organización de lo común, lo que la obra da a ver son soledades que se autorregulan y donde el lazo posible es tenue. En un momento dado se produce una espiral sonora que hace que los cuerpos se junten como si una fuerza vibratoria los imantara. Lo que queda en un terreno indecidible es si son dichos por las frases que por intervalos breves repiten o si toman la palabra, si delimitan lo que suena o si es una proliferación de voces sin escucha. Si bien no tiene una intención mimética Concierto público captura el ánimo que nos atraviesa y crea una situación en la que está en juego el sentido de comunidad.

Ficha técnica
Concepto, dramaturgia y dirección escénica: Hugo Martínez.
Performance, interpretación y coreografías: Amanda, Alejandra Arístegui, Luis Barrios, Mónica Bazzalo, Gabriela Sofía Britos, Ezequiel Budonnet, Gabriela Calcaterra, Valentín Caringella, Tomás Castaño, Adro Coronel, Ana Diaz, Víctor David Díaz, Raúl Dobal, Dan Dursi, Nicole Ernst, Luisina Evangelista, Ana Julia , María Sol Fuentes, Mica Latorres, Nora Lescano, Victoria Lombardero Có, Santi Longo, Ed Madanes, Matías Marshall, Hugo Martínez, Lau Mateu, Leo Montes, León Pastorino Font , Esteban Pucheta, Flor Rodriguez, Paula Rozen, Flor Russo, Ramiro Saá, Federico Sack, Toto Salinas, Julieta Sandoval, Nicolle Scher, Yami Seco, Rodrigo Spinella, Teo, Eva Torrez, Sandra Vega, Luz Veiras, Romi Vivero, Camila Zubiate.
Composición en tiempo real y música en vivo: Nicole Ernst, Luisina Evangelista, Ana Julia, Victoria Lombardero Có, Flor Rodriguez, Ramiro Saá.
Fotografías: El Ninio Gris, Nacho Lunadei.
Producción de piso y asistencia en escena: Damián BudaZapata.
Entrenamientos especiales: Carmen Baliero, Pablo Castronovo, Carla Di Grazia, Guillermina Etkin, Ana Gurbano, Andy Molina, Carla Rímola.
Curaduría y programación artística: Paula Baró, Eve Vega.
Coproducción: Ciudad Cultural Konex, César Mathus, Teatro Empire y Catalina Lescano con el apoyo de la Secretaría de Extensión Cultural y Bienestar Estudiantil Departamento de Artes Dramáticas de la UNA.
Producción: Proyecto Concierto Público.
Dirección musical: Ramiro Saá.
Coordinación de producción y dirección asistente: Yami Seco.