
Por Javiera Miranda Riquelme
@javieramirandariq
Texto y dirección: Emiliano Dionisi. Intérpretes: Roberto Peloni. Iluminación: Agnese Lozupone. Diseño de sonido: Martín Rodríguez. Escenografía: Giuliano Benedetti. Teatro: Teatro Maipo. Calle Esmeralda 443. Función: Martes 12 de noviembre, 20:30 horas. Duración: 90 minutos.
Beto es un actor de método. Experimenta sentimientos reales durante sus interpretaciones y trabaja aquellas técnicas que le permiten tener un estudiar interiormente al personaje y percibir la trama de las puestas en escena como un hecho real. Beto trabaja en una compañía teatral venida a menos que se dedica a estrenar clásicos de la historia del teatro –el teatro isabelino y el teatro grigo antigua, entre otros. Al poco éxito que está teniendo la compañía Beto le atribuye razones muy duras: armar escenografías pretenciosas; hacer de los clásicos del teatro una suerte museo; subestimación la capacidad de conmoverse de los espectadores; y sobre todo, que el director, Claudio, otorga de manera equivocada los papeles entre el elenco.
El brote es un unipersonal escrito por Emiliano Dionisi e interpretado por Roberto Peloni estrenado en el año 2022. Nació en el under del teatro independiente y rápidamente saltó al teatro Maipo (un teatro con capacidad para 600 espectadores). Fue nominado a dos premios ACE, y el texto dramatúrgico fue publicado por la editorial Atuel. Recientemente fue presentado en la Feria Internacional del Libro.
El conflicto de Beto no es tanto la mala racha de la compañía, sino más bien los papeles que el director le asigna en las obras. Beto desea realizar un papel protagónico, pero uno de sus compañeros de la compañía, Quique, no sólo consigue ser protagonista sino que además encarna todas esas cualidades que Beto desprecia y a las que le teme: la sobreactuación, la superficialidad y la ignorancia. Por su puesto, el acceso de los espectadores a las características de Quique está mediatizada por Beto, de manera que se va instalando durante la obra una sana duda sobre lo que realmente pasa ahí en la compañía teatral. Es así cómo las asignaciones de roles secundarios comienzan a confundir a Beto respecto de su lugar en la vida real. La psique de Beto comienza a desestructurarse y todo comienza a significar todo, es decir, todo lo que ocurre en sus relaciones sociales y profesionales al interior de la compañía teatral comienzan a presentarse como fenómenos hostiles y perturbadores que lo atacan. “Déjame, pensamiento…” dice Beto citando a Lope de Vega.

Peloni logra retratar muy bien el proceso psíquico que atraviesa Beto. Domina los tonos, los timbres y el despliegue espacial que exige el monólogo y pasa de manera natural de los pensamientos caóticos y estruendosos de Beto a largo silencios dramáticos sin perder nunca el patetismo cómico de alguna circunstancia cuando lo precisa. Peloni deja tomarse por eso síntomas de Beto que hacen que la ansiedad y la angustia se vivan en el cuerpo de manera descarnada para ir despojándose poco a poco de las normas de convivencia social.
Por una parte, El brote entabla complicidad con aquellos espectadores que provienen del ámbito del teatro, especialmente porque a lo largo de todo la obra se puede ver a Peloni interpretando breves pasajes de Shakespeare, Sófocles y Calderón de la Barca. Por otra, ofrece un acercamiento del mundo teatral para aquellos espectadores que desconocen el calor y las miserias del tras bambalinas.
“El teatro no se detiene”, y esto constituye una fatalidad para el personaje, un empujón al abismo.
Durante el mes de octubre El Brote dará una gira internacional por EEUU, Chile, España y Suecia; y volverá al teatro Maipo de la Ciudad de Buenos Aires el 12 de noviembre.