Por Javiera Miranda Riquelme
@javieramirandariq
Fabián Jara nació en Uruguay. Es programador y curador musical del Centro Cultural Rojas y DJ de varios espacios nocturnos de la Ciudad de Buenos Aires. Es conocido en el circuito musical y cultural porteño por producciones experimentales y diversas, pero fundamentalmente por haber dado vida al Ciclo Molotov en la década de los ‘90 en el Rojas. Un ciclo que se transformó en un hito de la historia de la música argentina y el under y por donde pasaron Fito Páez, Fun People, Suárez, Turf, entre otros.
“¿Sabes qué chilenos pasaron por el Rojas?”, me pregunta. “Las Panteras Negras y Lucybell” me dice, y conquista mi corazón en el acto. Es sencillo y querible en su despliegue social, desprejuiciado y atrevido en sus ideas y gustos.
Jara ahora está a cargo del Ciclo Visagë, programación musical titulada así en honor a la banda new romantic fundada por el músico galés Steve Strange a finales de los ‘70.
–¿Qué es el Ciclo Visagë?
–El Ciclo Visagë es una continuidad de los números musicales que se realizan los martes en el Centro Cultural Rojas desde los ‘90. En esa época se llamaba Ciclo Molotov por la variedad y mezcla de artistas. Y en este nuevo ciclo utilizamos este nombre en homenaje a una banda de los ‘80. Nosotros tratamos de musicalizar los martes con una mezcla de bandas alternativas, algunas bastante nuevas y algunas con muchos años.
–¿Qué tienen preparado para el Ciclo Visagë de noviembre?
–Hoy en la primera fecha vamos a ver un histórico de la música electrónica argentina que es Carlos Alonso y, está mal que lo diga, pero tiene casi 80 años (risas). Antes van a tocar los integrantes de Telepatía que es una banda dark y que tienen muchos años de trayectoria. El mes de noviembre va a ser un mes muy oscuro. El martes siguiente toca la perla de este mes que es Javier Corcobado, un crooner de la oscuridad, una leyenda de la música española. Es un músico que abarca desde el noise al post-punk, la música industrial, el ruidismo, y la poesía también. Es una persona muy integral en su trabajo. Yo lo sigo desde Los Chatarreros de Sangre y Cielo, que es una banda que tenía en los ‘90, hasta el día de hoy y hemos logrado que esté. Va a tocar con músicos argentinos: Fidel Araujo, Daniela Augurio, Nelson Collingwood, Uxia Holstein y seguramente desde Uruguay venga Hugo Angelelli con la batería. Para mí Corcobado es el evento del año dentro del ambiente musical de la música oscura y del post punk.

–¿Qué sigue luego de Corcobado?
–El martes diecinueve seguimos internacionales. Vienen desde la República Oriental Uruguay, de donde yo soy oriundo, Eroguro fukushima, que es una banda también noise, con mucho ruidismo, inspirado en el brutalismo japonés. Se van a presentar por primera vez en el Rojas, pero ya han venido al país muchas veces al país. Junto a ellos va a estar una banda post-punk al estilo Joy Division o The Cure que se llaman Depresión Radikal y que también son de muy lejos. Son de Morón (risas). Y la más extraña de todas las fechas es la del veintiséis porque los dos números musicales son de diferentes estilos: Mauro Conforti, que es un pianista, tecladista y cantante que hace algo muy parecido al estilo de cancionero argentino que podrían enarbolarse con Charly García, Andrés Calamaro y Spinetta. Además es un gran productor musical y pianista excelso. Estuvo hace poco en México abriendo para Fito Páez en el Zócalo. O creo que se enfermó Fito y no pudo ir o algo así, no quiero mentir (risas). También van a estar Resignados, que es la banda de Caro Ban, una cantante argentina y amante de la música dark que se lookea mucho. Hace poco hicieron un Halloween alucinante y trae canciones muy oscuras pero al mismo tiempo con mucha sensualidad y luz. Este sería el segundo año en formato Ciclo Visagë.
–¿Cuál es la diferencia desde el punto de vista de la curaduría entre el Ciclo Molotov y el Ciclo Visagë?
–Cuando curábamos en el ciclo Molotov improvisábamos mucho en el sentido de que si nos gustaba una banda únicamente queríamos que tocara. En aquel momento no nos importaba que más pasara. Podían venir cinco personas para un grupo famoso y después venir doscientas para un grupo poco conocido. Hoy en día son otras las urgencias. Hay que fijar un mix entre la responsabilidad artística y también con la cuestión de que venga gente. Si bien no necesitamos vender entradas como algo comercial, es verdad que una sala tan hermosa como la Batato Barea queda mejor con público. En una época nos parecía gracioso que hubieran diez personas, pero ahora no. Por las diferentes circunstancias del país y del mundo a veces se logra y a veces no, pero ahora hacemos una curaduría un poco más profunda para que el Rojas se vea engalanado con el evento que proponemos.
– ¿Cómo es tu proceso de captación de bandas y músicos? ¿Qué circuitos o espacios digitales frecuentas?
–Acá también hay una diferencia con los noventa porque no programábamos a nadie que no hubiéramos visto en vivo. Eso ahora es un poco imposible de hacer por las diferentes tareas y trabajos que tenemos. Yo trabajo de noche y de madrugada de jueves a domingo, que es el horario en el que tocan las bandas. Si hay bandas que tocan temprano y puedo ir, voy. Pero trato de hacer una exhaustiva búsqueda en las redes acerca de los materiales porque siguien vienendo bandas que nos piden tocar acá, que también era algo que pasaba antes y nosotros queremos darle el espacio y los escuchamos. Por eso puede ser que nosotros hayamos hecho tocar este año a gente que no hemos visto nunca en vivo y a veces, tanto en aquella época como ahora, nos hemos arriesgado a hacer la locura de confiar en el artista que viene a decir que su producto está a la altura del Rojas. Así nos hemos llevado gratas sorpresas y un par de terribles decepciones, pero nos gusta correr esos riesgos.

–¿Cuáles son tus influencias musicales?
–Mis influencias musicales son muy amplias. Yo vengo del Uruguay, entonces mis primeras influencias son la música afro, el candombe, la música de carnaval, la murga, el canto popular uruguayo. También el rock uruguayo de los ‘80 como Los estómagos y los Traidores. Y el punk rock y la música oscura mezclado también con muchos cancioneros y con crooners como Corcobado, que han sido realmente una influencia para mí al momento de seleccionar y escuchar al resto de las bandas del mundo.
–¿Qué bandas locales recomiendas escuchar?
–De la Argentina puedo recomendar por ejemplo a alguien que no se parece a nadie de los que acabo de mencionar que se llama Marttien. Para mí es el solista y cantante más brutal e intenso de ver en vivo. Y también muchas bandas de las nuevas que tocaron acá en el Rojas. Me quedo ahí con Marttien porque si nombro a otras corro el riesgo siempre dejar a alguien afuera (risas).
–¿Te gustaría agregar algo más?
–Me gusta el nombre Replicantes. De los replicantes, estos personajes a los que Philip Dick dio una efímera vida y con fecha de vencimiento, no puedo dejar de recordar nunca la frase del personaje de Rutger Hauer que dice “Todos estos recuerdos se perderán como lágrimas en la lluvia”. Eso tiene mucho que ver con lo que pasa acá en el Rojas. Hay mucha gente que dice que vino cuando en esas fechas había poca gente; mucha gente que dice que no vino a fechas donde hubo mucha gente o mismo ahora que no viene tanta gente como antes, pero que está pensando en venir. Hay memorias que no están registradas. Nosotros somos de una época en la que no había nada digital para registrar. Y un poco lo bueno de lo efímero que tiene la música es que sucede en el instante nada más, aun cuando ahora la estamos registrando. Me encantan los replicantes, han sido siempre personajes muy importantes en mi vida.
La programación completa del Ciclo Visagë está disponible en la web del Centro Cultural Rojas y las entradas se pueden adquirir online o por boletería.
