teatro
Estúpido esperpento: guiño cómico al “found footage» de terror y un acercamiento performático a la monstruosidad


Por Javiera Miranda Riquelme
@javieramirandariq

Dramaturgia y dirección: Grupo Besa. Intérpretes: Casandra Velazquez, Max Suen, Tomás Masariche, Felipe Saade, Maga Clavijo. Gestión escenográfica: Viki Masariche, Eva Palottini, Milagro de Catamarca. Creación audiovisual: Milagro de Catamarca. Tutoría: Florencia Bergallo. Sala: Patio de PROA21 (Av. Pedro de Mendoza 1929, La Boca, CABA). Última función: sábado 25 de enero a las 20 horas. Duración: 50 minutos.

Un grupo de cinco guardabosques sale en búsqueda de su compañero Gabi Palacios, quien se extravió mientras buscaba, a su vez, a otro grupo perdido en el “Parque Nacional Jacarandá”. Pareciera ser que cada búsqueda se transforma en la ofrenda de un nuevo guardabosques desaparecido, aunque, esta vez, estos cinco guardabosques filmarán con una cámara su propio devenir. Se trata de Estúpido Esperpento, la nueva pieza escénica de Grupo Besa, que se presenta el patio/jardín de PROA21 en el marco del programa Temporada Alta.

Si bien el tema de la obra aborda una desesperante cadena de desapariciones, ésta no se construye desde el código del drama, sino que juega con los signos de los géneros del terror y la comedia a través del lenguaje del teatro, el cine y la performance.

Estúpido esperpento es una pieza de grata y fácil expectación, aunque no por ello sencilla en sus procedimientos. Por el contrario, es una obra experimental. La función comienza con la reproducción sonora de una radio local que anuncia la desaparición de Gabi Palacios, seguido de una prolepsis audiovisual que proyecta un momento de tensión entre los cinco guardabosques ante un fenómeno paranormal. La proyección se trata de un video hecho por uno de los guardabosques que, además de filmar un suceso terrorífico, también registra lateralmente a otro compañero suyo que se encuentra hilarantemente distante ante ese mismo suceso. Esta primera presentación advierte el juego que Besa armará en el espacio escénico durante gran parte de la obra: una parodia al “found footage» (metraje encontrado) al estilo de El proyecto de la bruja de Blair y los falsos documentales.

El terror está dado por la ficcionalidad del mundo (el bosque) y el conflicto (las desapariciones), y la comicidad surge del registro afectado de la dramaturgia; la escenografía y utilería absurdamente equipada; las reacciones exageradas o desconcertantes de los personajes; y la capacidad de los mismos para cantar y reproducir sus propios efectos sonoros de suspense.

Aunque el desafío de la propuesta se encuentra en el espacio escénico objetivo, es decir el patio de PROA21 situado a poco metros del Riachuelo de La Boca (y donde suelen haber actividades culturales en las calles), Grupo Besa se mete al bolsillo el ruido proveniente del exterior y los incorpora a la obra de manera rápida, hábil y cómica dando cuenta de sus capacidades de improvisar y situar la puesta en escena en el presente real en la que transcurre.

Conforme se precipita la noche sobre el patio, la obra comienza a dar un giro hacia la performance para crear una tensión entre el cuerpo de los intérpretes y la monstruosidad de sus contorsiones y movimientos.



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