teatro
La caída después de | Por Giovanna Cirianni


Por Giovanna Cirianni
@giovigeraldina

Dirección e interpretación: Camila Luco, Julieta Romano, Jazmin Ruffo. Vestuario: Mauro Cosenza. Diseño De Sonido: Camila Reboratti. Colaboración artística: Tato Conte Mac Donell. Sala: Fundación Cazadores Villarroel (1440, CABA). Funciones: viernes 21:30 horas. Entradas: por Alternativa Teatral.

Toda escena es un pequeño trayecto emocional que hace al viaje. De la efectividad y la coherencia de ese funcionamiento depende en gran medida la eficacia del espectáculo escénico completo. Fundación Cazadores recibe en junio La caída después de, teatro físico de la mano de Camila Luco, Julieta Romano y Jazmin Ruffo, una obra emocionante que no se apresura en el viaje a pesar de recorrer grandes distancias.

No es el primer estreno de La caída… En abril y junio del año pasado las intérpretes y directoras participaron de una residencia en Danza Sábato que les ofreció el espacio para investigar sin la presión de un resultado inmediato. De esta experiencia nació la idea de la obra que pasó por una segunda residencia en MOVAQ para finalmente abrirla al público en ese mismo espacio. Todas esas instancias del proceso de creación dan sus frutos.

El título de la obra nos da la primera pauta de lectura: ¿Qué pasa después de la caída? ¿Qué caídas nos dejan caer? ¿De dónde sostenernos? Podemos establecer un diálogo entre La caída… y otra obra estrenada en Fundación Cazadores en mayo: Para sobrevivir (o cómo vivir de nuevo). Esta última se planteaba como un retrato, quizá un diagnóstico. Ruffo, Luco y Romano aventuran una respuesta. Cada una de ellas va tomando diferentes roles en una situación de necesidad y ayuda. Un cuerpo en crisis, una lectura, una asistencia.

Una vez que se establece una primera dinámica, se complejizan progresivamente las relaciones entre las artistas y entre las artistas y los elementos escénicos. En este sentido, es muy destacable el uso de los objetos, en tanto que forman parte de una escena orgánica, no solo gracias al uso coreográfico sino también a un diseño de sonido que no es fondo sino parte inseparable de la escena. Hay, sin embargo, un fondo que marca el ritmo de la obra, un pliego de cartón donde las artistas escriben pautas que dialogan con la escena para finalmente reescribirla. 

Si cayeron las grandes promesas y relatos, el discurso y el espectáculo ¿Qué cosa nos queda? la mano extendida del otro es una; el lazo que se construye cuando nos arriesgamos a ofrecer y aceptar.



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