08/08/2025
● Un laboratorio editorial que desplaza el asombro tecnológico hacia el debate estético y político.
● La editorial Salta el Pez publica Soy Código, un libro que reúne poemas generados por una inteligencia artificial y los somete a la lectura crítica de siete escritores y docentes argentinos.
Por Javiera Miranda Riquelme
@javieramirandariq
La editorial Salta el Pez presenta Soy Código. Habla una inteligencia artificial, un libro que no es tanto una antología poética como un ensayo colectivo encarnado en un objeto editorial inclasificable. El núcleo del volumen lo constituye una selección de poemas generados por CODE-DAVINCI-002, el modelo experimental de inteligencia artificial que precedió a Chat GPT. Luego de imitar estilos de poetas reconocidos a pedido, esta IA comenzó a elaborar piezas con una voz que los editores originales del libro, Brent Katz, Josh Morgenthau y Simon Rich, interpretaron como autónoma.
La intención inicial del experimento —encargarle a una IA que produzca poesía— no es ingenua. Se trata de un campo particularmente exigente, donde el uso del lenguaje no está subordinado ala eficiencia o la instrucción, como ocurre en otras aplicaciones de la inteligencia artificial, sino orientado a la construcción de sentidos superpuestos, al extrañamiento, a la posibilidad de que algo del mundo se diga de otro modo. La pregunta no es si la máquina puede rimar, construir metáforas o sostener una cadencia. Lo que se pone en juego es si puede hacerlo desde una interioridad, desde un punto de vista, desde una experiencia. La respuesta, por supuesto, no está en la máquina, sino en la lectura crítica que la edición de Salta El Pez promueve.
Los editores argentinos, Marina Baudracco y Alan Talevi, docentes de la carrera de Artes de la Escritura de la Universidad Nacional de las Artes (UNA) y también traductores del libro, reformulan la propuesta original y le suman una intervención fundamental: una curaduría de ensayos que desplaza el foco del asombro tecnológico hacia un campo más fecundo, el de la discusión estética, filosófica, pero también política en su versión menos simbólica y más material. Esta edición funciona como un laboratorio editorial desde el cual se puede pensar qué entendemos por creación, qué lugar ocupa la sensibilidad en la escritura y qué umbrales se cruzan cuando se produce sin cuerpo.

Es en esa mediación crítica donde Soy Código adquiere su mayor densidad. A diferencia del planteo algo celebratorio de los editores originales, que ven en los poemas generados por CODE-DAVINCI-002 el surgimiento de una nueva sensibilidad no humana, los ensayistas argentinos mantienen una actitud más cautelosa. No nieganel valor del experimento, pero lo interrogan desde coordenadas estética, epistemológicas y políticas que complejizan el entusiasmo inicial. Donde los desarrolladores y editores norteamericanos parecen ver una voz en ciernes, los críticos locales se preguntan quién habla, para quién, desde qué condiciones materiales, con qué batería de información y bajo qué dispositivos de legitimación cultural.
En Soy Código, los ensayos de Santiago Caruso, Gerardo Jorge, Juan J. Mendoza, Andi Nachon, Vanesa Pafundo, Ricardo Romero y Darío Steimberg —todos docentes también de Artes de la Escritura de la UNA— conforman un mosaico crítico que interroga la escritura generada por inteligencia artificial desde perspectivas estéticas, filosóficas y políticas. Caruso plantea un análisis de la relación entre imagen y palabra, enfatizando el poder evocador del texto frente a la inmediatez visual; Jorge reflexiona sobre la transformación de los criterios de autoría y originalidad ante una máquina que produce poemas, problematizando la noción de estilo y su posible disolución. Mendoza se centra en las tensiones entre voz, subjetividad y mediación tecnológica, mientras Nachon explora la porosidad de los límites entre lo humano y lo maquínico en la práctica poética, cuestionando si la IA puede participar de la experiencia poética sin un cuerpo que la sostenga. Pafundo, por su parte, trabaja sobre la lectura como acto creativo, examinando cómo la interacción con un texto generado por IA modifica las operaciones interpretativas del lector. Romero aborda el problema de la narratividad y la construcción de mundos posibles en un contexto donde la escritura automática reconfigura la tradición literaria, y Steimberg propone una reflexión que dialoga con la literatura clásica —particularmente La Odisea— para pensar el viaje de la IA hacia una voz propia, atravesada por influencias y repeticiones.

La edición de Salta el Pez, al reunir voces provenientes del ámbito académico y creativo, no presenta una postura homogénea: hay coincidencias en reconocer el valor experimental del proyecto, pero también divergencias en torno a la legitimidad de considerar “poesía” a lo generado por una máquina. Este contrapunto, lejos de ser una debilidad, constituye uno de los mayores aportes del libro, pues exhibe la complejidad de un fenómeno que obliga a repensar categorías como autoría, originalidad y experiencia estética en tiempos de acelerada mutación tecnológica.
Lo más logrado del libro es que no plantea el problema en términos de amenaza o celebración. Hay, en cambio, una reflexión situada, rigurosa, que asume las limitaciones de la tecnología sin subestimar su fenomenal alcance real. CODE-DAVINCI-002 no produce poesía porque tenga algo que decir. La genera porque puede hacerlo, porque dispone de suficientes datos, combinatorias y modelos estadísticos para reproducir patrones de estilo. Y, sin embargo, el resultado, a veces, desconcierta. Algunos de los poemas —quizás los más eficaces— logran una ambigüedad que no remite a un contenido sino a una opacidad, a un vacío que el lector llena con su propia expectativa de sentido. Ahí, tal vez, se juegue lo más inquietante del proyecto: el cruce entre la potencia técnica y el deseo de lectura.
Esta edicioón de Salta el Pez funciona como un espejo invertido: nos devuelve no una imagen de la máquina, sino una imagen de nuestras propias convicciones acerca de la poesía, la conciencia, la subjetividad y el trabajo creativo. El mérito del volumen no radica en haber reunido textos generados por una IA —que ya circulan en muchas plataformas—, sino en haberles dado un marco crítico que permite discutirlos.
Puedes comprar Soy Código. Habla una inteligencia artificial en la web de Salta el Pez También puedes acercarte al stand de la editorial durante la Feria de Editores (Av. Corrientes 6271, CABA. Del 7 al 10 de Agosto de 14 a 21 horas. Entrada gratuita).