danza
Ya es tarde para todo | Por Claudia Groesman


15/11/2025

Sobre Mi joven vida tiene un final de Pablo Rotemberg

POR CLAUDIA GROESMAN
@claudiagroesman

Dramaturgia y dirección: Pablo Rotemberg. Performers: Valentín Caringella, Ezequiel Posse, Pablo Rotemberg. Luz: Fer Berreta. Asistencia coreográfica: Carla Di Grazia. Diseño sonoro: Matías Coulasso. Vestuario: Ivi Zima. Producción: Rocío Alagastino, Ana Pellegrini. Asistencia de dirección: Candela Mosquera. Funciones: Jueves 6, 13, 20 y 27 de noviembre a 20 horas, y domingos 9, 16, 23 y 30 de noviembre a las 20 horas. Lugar: Sala Infinito del Centro Cultural Borges (Viamonte 525). Curaduría: Adriana Barenstein.

En el film Sunset Boulevard Norma Desmond vive recluida en una mansión hollywoodense que como ella muestra los signos de una detención en el tiempo. El pasado se esculpe y encuentra su forma en la mise en scène que construyen  la grandilocuencia del mobiliario,  los decorados fastuosos, la nocturnidad en la que se enciende la presencia estelar de la diva con sus brillos, sus encajes y la luz aurática que la envuelve y compite con la luz del día que penetra entre las hendijas de las persianas desvencijadas.  Los objetos perennes y la excentricidad  que ostentan su jerarquía por sobre lo común  sostienen su vida como un estandarte. Solo lo que es capaz de durar y atravesar los avatares del cambio conquista la calificación de valioso. Su puesta en valor se decanta de la inmutabilidad.
La máscara de la diva define los gestos, el tono y la cadencia de la voz, los movimientos. De pronto la aparición  inesperada de un extraño acelera la lucha por la perpetuación. El empecinamiento que manifiesta Desmond de enfundarse en los valores estéticos que el cine sonoro ha pulverizado, no expresa tanto la cerrazón del personaje como una mirada crítica sobre lo nuevo que necesita destruir todo lo que entorpece su paso.
En Mi joven vida tiene un final, la juventud le pertenece a quien puede extrañarse de su tiempo, señalado dramáticamente como un derrumbe que adviene y que parece indicar que “ya es tarde para todo”. Pablo, devenido Norma,  ve. Su mirada se nubla no por el paso del tiempo sino porque  palpa el túnel oscuro  en el que ya nos encontramos por ceguera, por esa comodidad que entrona el cambio como apariencia engañosa y hechizada de lo mismo. ¿Cómo es posible ver en lo oscuro? Lo que proclamaba el futurismo- que Pablo como doble de Norma cita en un momento de la obra, era la estética de la guerra y la destrucción, la exaltación de la máquina y la velocidad. El entusiasmo frente al progreso que arrasa con la tradición  preanuncia la primera guerra que parece encontrar en la obra un paralelismo con este momento abismal donde la violencia muestra su contracara: el avasallamiento de la vida y su destrucción sistemática y generalizada, ya no en dirección al futuro sino como voluntad regresiva.
Mi joven vida tiene un final es una obra sobre el dolor. Dolor bajo la forma de sarcasmo que prescinde de hacer declaraciones, fomentar determinismos, recaer en cristalizaciones de lo que hoy pobremente fijamos como contemporáneo.  El yo de Pablo y su doble, Norma, es un yo desesperado, que anhela una perfección de modé, la del original que nombra a sus heraldos como las copias Norma uno y Norma dos. 

Ph: Ninio Rayo.

La performance que realiza es la del sacrificio de la norma, de una estilización que se sabe opacada y actúa su propia destrucción inmolándose frente a público.
El contraste del brillo en las telas con los shorts, las zapatillas y las rodilleras es también una expresión elocuente de la tensión irresoluble que toma los cuerpos y provoca la danza a fuerza de golpes contra sí mismos, contra el suelo, contra las paredes.  Es una fuerza que grita, acapara el espacio, extrema el tono muscular, y toma inclusive los dedos que percuten las teclas del piano, para convertirse en sinfonía demoledora.
La presencia de estos cuerpos que se retuercen, se golpean, se friccionan, y llegan al climax de su fortaleza son la carga de la prueba de una época en la que la fluidez y la desmaterialización no dejan huella alguna. 



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