teatro
Guillermina Etkin, creadora de Vox Humana y la máquina electroacústica llamada Gladys que emula la voz humana | Por JMR


Por Javiera Miranda Riquelme
@javieramirandariq

La compositora, cantante, pianista, directora escénica y performer Guillermina Etkin reestrenará Vox Humana, una pieza escénica cuyo hilo conductor es el sonido, y donde convergen un órgano, cantantes y la protagonista de esta puesta: Gladys, una máquina e instrumento electroacústico que emula la voz humana. Vox humana es la primera pieza escénica de la programación 2025 de Paraíso Club y se realizará este miércoles 29 y jueves 30 de enero en las dependencias de CheLa (Iguazú 451, CABA).

Replicantes revista entrevistó a Guillermina Etkin sobre Gladys y esta pieza escénica que pone el foco sobre el sonido y sus posibilidades humanas y maquínicas de producción.

–¿Cómo surge Vox humana y qué se podrá ver durante su puesta en escena?

–Vox Humana surge a partir de la inquietud de componer una obra escénica sonora, es decir, pensando la dramaturgia desde el sonido. La obra se estrenó el año pasado en el Festival de Nueva Ópera de Buenos Aires, y surge de un trabajo audiovisual anterior que hice durante la pandemia, dentro del órgano (Klais opus 1912) del CCK. En ese momento trabajé con Natalia Labaké en la parte audiovisual, y lo que hicimos fue registrar dos jornadas de la afinación del instrumento. Con esos sonidos creé una pieza sonora y filmamos la máquina por dentro, que es una máquina impresionante de tres pisos, tres mil seiscientos tubos, y con un mecanismo de funcionamiento muy complejo. El órgano tiene la capacidad de emular distintos sonidos, y fue ahí donde me enteré, por los afinadores del órgano, de la historia del registro Vox Humana. Este es el registro del órgano de tubos que intenta emular la voz humana. La historia que me contaron es la de un organero vasco, Aquilino Amezua, que a finales del siglo XIX empezó a estudiar laringes de cadáveres para lograr construir tubos lo más parecidos posible a la garganta humana y así emular el timbre de la voz humana. Esta historia me pareció fascinante, y pensé: «Quiero hacer una obra con esto».

A partir de ahí comienza a desarrollarse la idea de hacer una obra escénica musical donde el sonido sea el foco, pero además haya todo un trabajo escénico con performers. Con el Laboratorio de Acústica y Percepción Sonora de la Universidad Nacional de Quilmes creamos un instrumento para esta pieza escénica, que es un instrumento electroacústico de tubos y parlantes llamado Gladys, que intenta emular la voz humana.

Escenas de Vox Humana

–¿Qué significa que la dramaturgia esté sujeta a lo sonoro?

–En general, estoy acostumbrada a trabajar en proyectos en los que la dramaturgia está quizás construida a partir de imágenes, textos o situaciones escénicas en las que se piensa el sonido como una parte, lo cual es ineludible, porque todo lo que acciona suena. Pero mi pregunta era: ¿Cómo hacer para invertir un poco esta situación y pensar una pieza en la que haya personas, luces, vestuario y personas que dicen cosas y cantan, pero donde no necesariamente hay una trama, un conflicto, ni una imagen o un encadenamiento de estas cosas y se parta de una premisa inversa?. O sea, pensar qué pasaría si lo sonoro está puesto en foco y eso es lo que va conduciendo las distintas escenas que se van produciendo en la pieza.

–¿Qué signos sonoros están jugando en la escena?

–Está Gladys, las voces de las cantantes, los coros que hago y el órgano que toco. Los cantantes, que también son performers, me interesaban porque tienen voces muy particulares y diferentes, y eso se pone en juego con Gladys, que de algún modo intenta cantar. Gladys no puede hablar porque si bien tiene notas y una forma de modificar esas notas vocalizando y modificando la tímbrica del sonido, no puede producir consonantes. De todas formas, en la obra hay texto hablado y texto cantado. Nosotros decimos que la obra es un réquiem y un lamento. Además hay una pregunta sobre la relación entre lo humano y lo maquínico, que cada vez es más estrecha y que tiene dos caras: por un lado, el miedo de que la máquina reemplace del todo al ser humano, cosa que yo creo que es imposible, aunque la máquina tiene una capacidad de procesamiento en términos de tiempo y eficacia para algunas tareas muy superior a la del ser humano; y las características propias del ser humano que son inimitables. Entonces, ahí cabe la pregunta de cómo conviven lo humano y lo maquínico. Además, está el sonido del órgano, que es de donde viene la investigación, y también es parte del sonido que está operando en escena.

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Puedes ver la entrevista completa a Guillermina Etkin en nuestro canal de Youtube:



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