
POR CLAUDIA GROESMAN
@claudiagroesman
Autoría y dirección: Lisandro Rodriguez. Actúan: Nicola Carrara, Lisandro Rodriguez, Carolina Saade. Diseño de espacio: Matías Sendón, Mariana Tirantte. Diseño de luces: Matías Sendón, Mariana Tirantte. Video: Anabella Sarrias. Fotografía: Anabella Sarrias. Lugar: Estudio Los Vidrios, Av. Donado 2348 (CABA). Función: 27 de abril a las 19:30 horas.
La obra delimita un espacio cubierto por una tela plástica transparente que por efecto de la luz se vuelve translúcida. Es un espacio velado, a través del cual contemplamos apenas siluetas de bordes difusos, o recortes de los cuerpos proyectados por una cámara en la tela, que nunca se nos dan a ver completos. En algunos momentos se proyectan dibujos en vivo cuyas imágenes se expanden a las paredes y colorean la sala, o fragmentos de las letras de las canciones que cantan Carolina Saade y Lisandro Rodríguez.
Las voces crean un murmullo, una sensación de lejanía que acuna, baja la tensión, disuelve gradualmente la expectativa escénica. Voces en tono mesurado y timbre levemente agudo que parecen evaporarse en el aire. Voces que intentan recobrar el eco interno de la emoción, reconquistar el vacío para desobturar el pensamiento. Voces que desertan de tomar la palabra para descubrirle otro matiz al sentido.
Como si se tratara de una caja de música, la obra evoca el sueño de la infancia de estar a resguardo del mundo. Imagino una casa donde amortiguar el dolor, donde preservar el impulso vital. No tiene paredes-muro, sus paredes son vulnerables y porosas.
Contra la ficción aterrorizante, de una violencia “sin paredes y sin techo”* NO construye una guarida momentánea.
NO habilita la conversación en voz baja, el repliegue, la detención.
NO nos interroga sobre la polución del cliché contestatario: la figuración vacua del grito, las formas cristalizadas de la fuerza, los slogans de denuncia, la corrección política.
NO inventa una fuga hacia adentro, un estado de flotación, un contrapunto al peso obligado de estar aquí.
NO limita una zona precaria para recuperar “el cuerpo que en el deseo había perdido/el hilo de las sensaciones.”**
NO es una reserva de energía, un espacio de almacenamiento, una latencia.

¿A qué asistimos como espectadores cuando se restringen las imágenes, los gestos, las acciones, la alocución de un texto, los desplazamientos, las situaciones? ¿Qué implicación ensayamos frente a la carencia de algo que sostenga nuestra mirada, que reclame nuestra atención? ¿Se trata de experimentar la abstinencia, de liberar el ojo, de registrar, por un instante, la extrañeza? Frente a la explicitud de las imágenes que alimentan el deseo-siempre insatisfecho-de novedad del público y que “compiten con todos los tipos de imágenes explícitas que provee la cultura audiovisual”, frente a la desobediencia como imperativo estético-político de la escena y de las fórmulas que la confirman, descorrer el velo de nuestros hábitos perceptivos se torna un acto de resistencia.
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1 Schwarzböck, Silvia (2017) Los monstruos más fríos. Estética después del cine. Buenos Aires: Mar dulce, p. 140.
*Comentario de Camila Sosa Villada extraído de una entrevista realizada a la escritora por Tomás Quintín Palma en Blender, 15/04/25.
**Fragmento del poema “Cara” de Arturo Carrera, del libro Potlatch (2004). Buenos Aires: Interzona, p. 27.