Por Camila Florencia Pérez
@eclecticismo_

Dante Bruni es actor y músico, integrante de la banda pop Las Escuchas y ha emprendido además una carrera solista. Se describe a sí mismo como un músico melancólico pero también experimental. Su propuesta apunta a conjugar música y puesta en escena. 

Dante Bruni conversó con Replicantes sobre su proceso de formación artística, el contraste entre el under y la industria de la música y su proyecto solista, que presentará el martes 22 en el marco del Ciclo Visagë, en el Centro Cultural Ricardo Rojas de la UBA.

–¿Cómo se conjuga el proyecto solista que estás encarando con Las Escuchas?

–El proyecto solista existió desde siempre, en el sentido de que yo siempre compuse mis canciones pero, sin dudas, el puntapié inicial para que yo pueda hacerlo fue la banda, Las Escuchas. Es decir, con ellos gané terreno en el escenario, me vino muy bien para indagar en cuestiones de puesta en escena. De hecho, ahora, como estoy muy solito en el escenario, me estoy proyectando ideas para performatearlo. Este martes va a haber una puesta de novedad, que prefiero no contar ahora para guardar un poco la sorpresa, y eso tiene que ver con que Las Escuchas me dio todo para aprender y mandarme solo. Esta presentación sería la segunda vez que lo hago, después de haber debutado con la apertura del show a Rocco Posca.

–¿Sentís que este espacio te está sirviendo para experimentar con otro tipo de música diferente a la banda? 

–Sí, es más bien distinto. Es un poco como me sale a mí hacer canciones, sin un género preciso o saltando de una cosa a otra, aunque sí hay un tono dominante de melancolía. Sin dudas es un proyecto melancólico y lo reivindico así.

–¿Cómo sería esa reivindicación de la melancolía? 

–Es que es mi lugar de confort a la hora de componer. O sea, de todo lo que voy indagando es un lugar que me queda cómodo y me siento seguro. Y me refiero tanto a melancolía de la letra como a melancolía sonora. Pero también tengo que decir que, en este marco, también me puedo permitir romper con ese lugar cómodo que está preseteado en mí y hacer, por ejemplo, alguna canción más bolichera. Por eso, para darme esas licencias, me gusta también eso que te decía antes de que no hay un género específico que me defina porque en términos musicales podría seguir explorando. 

–La versión que sacaste de “Luna de Miel” en la Mano de Virus es bastante melancólica igualmente, ¿no? 

–Sí, incluso la canción original ya de por sí es melancólica aunque juega con esa cosa más pistera, y en esta reversión lo es un poco más. Esa canción justo salió a la par de la serie de Fito Páez (“El Amor Después del Amor”), donde hice de Federico (Moura). Yo ya la venía pensando desde antes del casting en realidad, porque quería hacer un cover de Luna de Miel de Virus, pero quería tratar de alejarme de la representación original de la canción, al punto de que, incluso, se me ocurrió no hacer la canción completa sino una pasada. Pero es cierto que traté de darle mi carácter melancólico.

–Y respecto de influencias musicales, ¿Cuáles sentís que te inspiran o te ayudan en tu proceso compositivo? 

–Así como componiendo no encuentro un género específico que me pueda definir, lo mismo me pasa escuchando música. Puedo escuchar de todo, aunque obviamente hay cosas que me emocionan y otras que no, y que lo que me emociona es lo que después pervive en mí y me influye directa o indirectamente para componer. Pero escucho de todo, por ejemplo, ahora estuve escuchando bastante el último disco de The Mars Volta que salió hace poquito y es un discazo. Tiene unas vibes medias Bowie, y sobre todo del último Bowie. Y después, bueno, puedo oscilar de escuchar algo más nacional, que tengan una apuesta original que es bastante necesaria en la industria y que me alegra que se dé con estos personajes que van surgiendo y van tomando la posta. También me gusta Radiohead, El Robot Bajo el Agua, que son bandas que me han marcado, incluso desde la forma de componer. También Rosario Blefari y personajes del under argentino que me convocan todo el tiempo.

–Hablando del under, y de lo que decías de la industria musical, ¿sentís que en el under está habiendo un intento de romper con el proceso industrial que podría marcar a veces la música?

–Sí, yo creo que siempre las propuestas del under son más atrevidas en muchos aspectos porque no tienen que tranzar con la industria directa, o sea, no hay alguien marcándote el camino. En ese sentido, desde el under se permite todo: pensar una puesta en escena; cómo construís una canción; tomarte la licencia de que una canción no tenga el formato tradicional de escritura, por ejemplo; que sea una canción de 50 segundos, que sea como una intro, etcétera. Siempre el under tiene un plus. 

–Yendo ahora a tu relación con la música en el aspecto formativo personal, ¿Cómo fue ese proceso? 

–Fue diletante porque la realidad es que soy de una familia de músicos académicos, o sea, clásicos. Yo siempre elegí más la actuación. Si bien siempre estuve rodeado de instrumentos y música y tuve el afán de indagarlos, fue recién pasando la adolescencia que dije “bueno, voy a empezar a hacer mi acervo” y fue ahí que me hice un bandcamp y con un tecladito empecé a hacer cosas instrumentales, así que fue esa un poco la decisión de sentarme y empezar a hacer cositas. Con el tiempo se fue afianzando más. Decidí publicar, vino lo de la banda, que fue un proceso de mucha retroalimentación porque aprendí de otros procesos creativos que me ayudan hoy presentarme solo. Fui tomando diferentes tipos de conceptos, también porque Las Escuchas es una banda y una propuesta muy lúdica no sólo en ejecución sobre el escenario, sino también cuando hacemos música, tanto componiendo como grabando, por ejemplo, tomando decisiones como modificar la voz y hacer una voz soplada, que son cosas que vamos hilvanando con un proceso performático.

–Entonces, ¿hay cierta confluencia de distintas formas de arte que te enriquecen  entre sí en tu proyecto (teniendo en cuenta lo performático, lo actoral…)? 

–Sí, muchísimo. Es que ya el mero hecho de estar en un escenario es un hecho actoral, entonces, cuando eso se ve en procesos de grabación es hermoso porque vas asimilando un personaje que después va apareciendo en el escenario pero que también puede mutar o cambiar, llevando a hacer las cosas desde otro lugar, otra situación emocional, con lo cual es muy lúdico, o sea, es un juego. 

–¿Cómo te venís preparando para la fecha en el Ciclo Visagë? 

–Bueno, como hablábamos antes, voy a estar solo en el escenario, aunque voy a tener unos ayudas que me van a dar una mano con la puesta en escena en el lugar. Pero es muy sencillo, o sea, voy a estar yo, el escenario y la gente que esté en esa hermosa sala y va a haber, seguramente, algún homenaje a Batato (Barea), porque, bueno, es una sala muy relevante hablando del under, así que será sencillamente eso. 

–¿Y en cuanto a proyectos a largo plazo, ¿tenés en mente alguna publicación o material nuevo?

–Sí, de hecho el martes voy a presentar una canción nueva que está ahora mismo en el estudio terminándose. Y después se vienen un par de feats que están esperando ser aprobados y que son distintos a lo que vengo haciendo, que es un poco mi intención. O sea, que los feats sean distintos a lo que hago usualmente, Y entre ellos están una canción media tecno con Ringo Galperín y otra que estuve también grabando con Benito Cerati, con quien vamos a estar también largando algo juntos.

Dante Bruni y Eva Gou se presentarán en el Ciclo Visagë el próximo martes 22 de abril a las 20.30hs, en la sala Batato Barea del Centro Cultural Rojas. Las entradas pueden adquirirse ingresando a este link.

También podés escuchar a Dante Bruni en Spotify: