Ph: Sebastián Molina – @sebastianmolinafotos
“Tu jefa de redacción tiene que ser Vera Land”, le dijo el Indio Solari a Enrique Symns, en una de esas noches que visitaban al cantante de los Redonditos de Ricota en su casa de Ramos Mejía y se quedaban a dormir. Ella había ingresado al staff de Cerdos & Peces como colaboradora en 1986, cuando tenía 20 años. Quería ser poeta, pero Symns la convenció de que, sin abandonar ese propósito, se dedicase al periodismo. Al poco tiempo, en gran medida la salida de la revista reposaría en ella.
Ambos fueron los responsables de una de las aventuras editoriales más audaces, disruptivas, innovadoras y fantásticas que haya alcanzado los kioscos de diarios de la Argentina. Cerdos & Peces confrontó con el carácter conservador y pacato de la ´primavera alfonsinista´; su existencia se prolongó, con intrervalos, hasta mediados de los años 90. La dupla creativa Symns-Land se afinazaría durante veinticinco años de colaboración. Finalmente, Symns se instalaría por una temporada en el sur de Chile, para alejarse de los malos hábitos que acechaban a su salud. Poco después, Andrea Álvarez Mujica abandonaba el pseudónimo de Vera Land y relanzaba su carrera como periodista, editora y escritora bajo su propio nombre.
Poco antes del fallecimiento de Symns, en 2023, se reencontraron al cabo de muchos años. Andrea le prometió entonces reeditar “Los Tres, la última canción”, la biografía que habían escrito por encargo del grupo, la banda de rock más importante que tuvo Chile junto a Los Jaivas y Los Prisioneros. Symns, que atravesaba un momento espléndido de su pluma, había trabado amistad con el cantante y principal compositor del grupo, Álvaro Henriquez. Éste le pidió personalmente que fuera el biógrafo de la banda, sellando lo que sería la despedida programada del grupo. La única condición que puso Symns fue la coautoría de Vera Land. Así fue que Andrea, luego de cruzar varias veces la Cordillera, se instalaría en Chile hasta finales de 2001. Trabajó durante un año junto a Symns en la biografía de Los Tres.
Antes, en 1995, Symns y Vera Land habían coescrito “Páez”, la primera biografía del músico rosarino, Fito Páez. Éste apenas contaba apenas algo más de 30 años, pero venía de publicar los dos discos más exitosos de toda su carrera hasta hoy, nada menos que los consagratorios “El amor después del amor” y “Circo Beat”. El resultado fue desafiante: la forma trangresora de Cerdos & Peces se trasladó al libro; Symns se involucró en las giras y las borracheras de la crew y los músicos, estimulando disquiciones filosóficas y literarias que alternan con los conciertos, los hoteles, la vida a bordo de un micro. Así como exalta el momento glorioso que atraviesa el protagonista, no elude las miserias y conflictos que se suscitan alrededor del éxito, incluidos los económicos. Se llegó a decir que el libro ´le pegó mal´ a Páez; otros aseguran que el músico no fue más allá de un moderado disgusto que el tiempo atemperó. El asunto es que Páez no desautorizó el libro, pero tampoco apoyó su promoción y, una vez agotado, la obra se ausentaría de las librerías por casi tres décadas. Más tarde, mucho más tarde, Páez lanzaría “Infancia y juventud”, versión “oficial” de su propia historia, en el mismo periodo que describe “Paéz”, y que serviría de base para la miniserie “El amor después del amor”.
Conociendo estos antecedentes, sin embargo, el líder de Los Tres le confió a Symns el relato de su propia historia. En la introducción de “Los Tres, la última canción”, Symns relata que “un pensamiento lo perseguía como un tigre hambriento: ¿Terminaría perdiendo la amistad de los biografiados como había sucedido con Fito Páez?”. La biografía fue desautorizada por Los Tres. Biógrafo y biografiado llegan a retarse a golpes de puño en una esquina de Santiago, narra el mismo libro. Symns, Land y Henríquez nunca más volvieron a hablarse.
“Los Tres, la última canción” cuenta la historia de unos chiquillos de Concepción que abrazaron la música de Chuck Berry y los Beatles, pero también se cruzaron con el linaje de los Parra -Nicanor, Violeta, Roberto, Lalo, Javiera-, y combinaron cueca y rockabilly, dando por resultado un específico “rock chileno”, inédito hasta los años 80 y 90.
El libro relata el ascenso de la banda al estrellato y su premura por alcanzar el éxito “antes de cumplir 25 y ser viejo”, como dice Álvaro Henríquez; también narra el desgaste de la banda, atravesada por amoríos y traiciones; celos y cuestiones de dinero; por las presiones comerciales y familiares, por la fama y los consumo; caracteriza la eutanasia programada del grupo y sus shows de despedida como “un trámite administrativo”; y habla de los bares -siempre los bares- que fueron escenarios privilegiados de esta historia de estrellato y perdición.
Andrea Álvarez Mujica ha vuelto a ponerse el traje de Vera Land para relanzar “Páez” (Cerdos & Peces) y “Los Tres, la última canción” (Gourmet Musical).
Sobre estas y otras aventuras versó la larga conversación que mantuvimos un domingo de finales de primavera, en San Telmo.
